El Grupo de Investigación de Sociología de Género de la Facultad de Ciencias Sociales reflexionó sobre la interpretación romantizada del confinamiento por el coronavirus que invisibiliza ciertas problemáticas de cuidado y del empleo en condiciones de vulnerabilidad.
Según un documento creado por el Grupo, tras la propagación del virus y las acciones institucionales implementadas por los distintos países de la región, los entornos familiares se han visto obligados a buscar soluciones individuales mediadas por los recursos a disposición. A pesar de ello, diversos discursos emergieron sobre la medida de aislamiento social que recalca el disfrute y el placer de estar en casa con la familia. Estos discursos no reconocen el esfuerzo que mayoritariamente recae sobre las mujeres.
El confinamiento impacta en la vida cotidiana de las mujeres y evidencia las desigualdades. La situación de quedarse en casa tensiona los cuidados de niños, niñas, adolescentes y personas dependientes con las responsabilidades laborales. A las mujeres que desempeñan tareas de forma remota se les exige igual productividad bajo distintas condiciones mientras que aquellas que están obligadas a trabajar fuera de sus hogares tienen como problema el resolver a quien asignan el cuidado de sus hijos.
Los primeros sectores afectados por la crisis del coronavirus son sectores altamente feminizados, sostiene el documento e indica que son: el trabajo doméstico, los sectores vinculados al turismo y a los servicios. Asimismo, las trabajadoras informales o con condiciones de muy baja calidad de empleo están expuestas a perder sus ingresos durante la pandemia.
Por otra parte, las medidas de cuarentena agravan las situaciones de violencia de género, factor que también contribuye a cuestionar esta lectura del aislamiento social.